Wednesday, April 3, 2013

SOBRE LA MÚSICA QUE IGNORAMOS

Cuando se entra a una sala de cine, una tienda, un restaurante, o hasta una buseta de servicio publico, se entra con un solo objetivo, el cual siempre va enfocado a la razón del negocio; bien sea ver la película, sentarse a comer, o comprar algo; pero, lo que no tenemos presente es que a nuestro alrededor ocurre algo más: existe un ambiente pensado para que lo que vayamos a hacer, sea aún más ameno.

La música puede complementar perfectamente nuestro objetivo,
mientras logremos usarla de la mejor manera.
Una típica salida a un centro comercial con mi novia fue suficiente para poder fijarme en este ambiente pensado para el consumidor. En primer lugar, ella me mantuvo atrapado en Stradivarius lo suficiente para darme cuenta de la forma en la que el almacén genera ambiente: la música que suena en ese tipo de lugares es música de fiesta, tal como la mayoría de la ropa que ofrecen. Supongo que la idea de estos negocios al hacer sonar música movida, animada y fuerte es que la mujer que entra a probar sus productos se sienta en ese mundo frenético de un sábado en la noche, de modo que se motiven aún más a llevar lo que iban a buscar, y hasta lo que no esperaban encontrar. Algo muy curioso, y que espero que no sea una especie de mensaje subliminal o algo similar (sería una pena), fue que en medio de tanto ritmo y tan poca letra, se distinguía la voz de Gwen Stefani cantando su éxito Rich girl ... ¿Casualidad?

Sin embargo, esta observación probablemente ya la habíamos hecho, así nunca se hubiese escrito acerca del tema. Luego de esta visita (interminable), entramos a cine, y con este tema de la música que se ignora dando vueltas en mi cabeza, ¡me di cuenta de que en la sala de cine hay música! No cualquier música, y no siempre la misma. Apenas entramos (muy temprano, por cierto), las luces estaban encendidas, y poca gente aún se acomodaba en sus asientos. En este lapso de tiempo entre funciones, la sala está ambientada con una música muy suave, con un volumen bajo y con ritmos lentos. Esta música probablemente esté buscando que las personas, sin importar de dónde vengan, se relajen antes de empezar a ver la película, y tengan un momento de tranquilidad mientras se acomodan para la función. 

Antes de empezar los comerciales, los cinemas generalmente ruedan un cortometraje, trailers de las películas que se encuentran en cartelera, o están próximas a hacerlo, y uno que otro comercial. En este caso, entre un par de anuncios, el cinema desea dar un par de advertencias a los espectadores, y complementan su necesidad de atención con una música fuerte y estrepitosa. El cinema advertía a los clientes la importancia de apagar sus celulares durante la función, cuidar los objetos personales, y devolver los lentes 3D al finalizar. Por esta razón es que era importante colocar una música fuerte, la cual se robó la atención de todos, y así no estuviésemos pendientes de la pantalla, el anuncio alcanzó a todos los que nos encontrábamos en la sala. 

Al final, nos damos cuenta de lo importante que puede ser un ritmo para un negocio, y que la música no solamente nos alcanza de forma directa, sino que puede ser un complemento perfecto para lograr un objetivo. 

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